El ala-pívot de Pelicans, a quien algunos aventuraban un frenazo en sus prestaciones con la llegada de DeMarcus Cousins, no solo ha dejado en el olvido esa posibilidad, sino que la ha pulverizado hasta convertirse en el jugador más eficiente de la NBA en la parcela ofensiva por primera vez en su carrera.
Así lo demuestran las estadísticas. Cuando ya se ha cumplido un mes de competición, el jugador de la franquicia de Luisiana lidera la lista de puntos producidos por posesión entre aquellos que disponen de al menos 20 por partido. Exactamente logra 1,15 puntos, dejando atrás a Stephen Curry, Kevin Durant y LeBron James.
Esta estadística resalta las cualidades de uno de los jugadores con mayor potencial ofensivo, pero lo más sorprendente es que lo está consiguiendo no a base de asumir mayor protagonismo, sino sabiendo optimizar sus acciones al máximo.
Para verlo claro. La campaña pasada lanzaba 20,3 veces por noche mientras que en la actual se queda en 16,2. Hablamos de cuatro tiros menos para estar apenas dos puntos por debajo en promedio (28 contra 25.8). Para alcanzar esos guarismos se está apoyando en los mejores porcentajes de su carrera (56% en tiros de campo y 37,8% en triples).
El paso al frente desde la línea de 7,25 no es baladí. Su acierto es tal que se sitúa como el tercero mejor de New Orleans –Jordan Crawford y Jalen Jones apenas han jugado–, dejando atrás a gente como E’Twaun Moore o Ian Clark; y todo ello haciendo más intentos que en cualquier campaña anterior.