La desagradable lesión que sufrió Gordon Hayward en el partido inaugural de la temporada 2017-18 de la NBA le mandará al dique seco durante el resto de la campaña.
Los médicos y el agente del propio jugador de Boston Celtics han declarado que es improbable que el alero regrese a la competición antes del término de este curso baloncestístico, e incluso se apunta a que lo más seguro es que necesite hasta de un par de años para volver a estar en plenas facultades físicas y mentales para reincorporarse al 100% a la competición.
“Está bajo de ánimos. No hay mucho dolor físico, pero está más afectado aún emocionalmente por el hecho de haber puesto mucho esfuerzo en empezar su carrera de la mejor de las maneras en Boston”, explicó Brad Stevens, entrenador del equipo de Boston, antes de su segundo partido de la temporada.