Zach LaVine, quien llevaba 11 meses alejado de las canchaspor un desgarro en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, jugará su primer partido con Chicago Bulls este sábado 13 de enero contra Detroit Pistons, tal y como ha anunciado el vicepresidente ejecutivo del equipo, John Paxson.
Regresa pero lo hace con las lógicas restricciones. El base-escolta no podrá disputar más de 20 minutos por noche y en ningún caso estará disponible para jugar partidos en dos noches consecutivas.
Los de Illinois lo han anunciado y LaVine no puede sino sentirse feliz por poner punto y final a tan larga ausencia. “Cuando me enteré sentí algo así como mariposas en el estómago. Me emocione”, admite a Chicago Tribune en una ilusión que comparte con su entrenador, Fred Hoiberg. “Llevamos tiempo esperando este momento. Estamos emocionados y sus compañeros de equipo están entusiasmados. Ahora toca ser pacientes con este proceso”.