Apartado de las canchas desde febrero de 2017, cuando un desgarro en el ligamento cruzado anterior le obligó a pasar por el quirófano, el escolta de los Bulls podría regresar a la acción a principios de enero, tal y como informa K.C. Johnson de The Chicago Tribune.
Se trata de una buena noticia, sobre todo porque desde hace semanas se viene retrasando la probable fecha de retorno. Ahora todo marcha. La franquicia de Illinois ha decidido recientemente enviarle a los Windy City Bulls de la G-League, donde debe coger algo de ritmo antes de unirse de pleno a los entrenamientos del equipo dirigido por Fred Hoiberg. Pese a ello, LaVine prefiere no marcarse un calendario.
“Todavía no sé la fecha exacta. Lo sabré cuando llegue el momento adecuado. Estoy intentado recuperar la fluidez en las jugadas. Me gusta estar sobre la cancha en las mejores condiciones posibles. Así es como he trabajado en los últimos años. Una vez recupere ese tono, estaré listo para volver”, comenta.
No quiere precipitarse pero ello no evita que sienta el deseo de volver, sobre todo porque seguir los partidos desde el banquillo no agrada a nadie. “Lo peor es no poder ayudar. Recibo la ayuda de los técnicos todos los días y siempre estamos siendo positivos”, explica.