La mala fortuna ha hecho su trabajo para lamento de los californianos. Han sido nueve derrotas en diez partidos. Ha sido una depresión que pese a los esfuerzos de Blake Griffin parece haber calado hondo en la oficina de Clippers.
El primer síntoma de ese posible giro de timón llegó hace pocos días en forma de rumor. Doc Rivers, hasta ahora intocable, podría ser despedido más pronto que tarde–dos temporadas por 20 millones le protegen por el momento–. Si se certificase su adiós, en la gerencia de los angelinos podrían entender que ha llegado el momento de reconstruir, algo que han querido evitar sin que el destino les esté ayudando.
Además de las comentadas lesiones, la incertidumbre sobre una de sus principales piezas, DeAndre Jordan, está abriendo un nuevo panorama para ellos. En octubre, antes de la fecha límite, intentaron extenderle el contrato. Ahora, a punto de acabar noviembre, el teléfono de la oficina suena para escuchar el interés de diversos equipos en un traspaso.
Eso cuenta Tim Bontemps de Washington Post, quien asegura que el nombre de Jordan, quien puede convertirse en agente libre sin restricciones si no hace efectiva su opción de jugador para la 2018-19 (24,1 millones de dólares), ha emergido en diferentes conversaciones comerciales entre varios equipos.