En unas palabras realizadas para Sports Illustrated, Austin Rivers ha comentado cómo vivió la salida de Paul a través de una anécdota que ejemplifica cómo era el clima que se estaba viviendo en el seno del equipo.
A propósito de una invitación que hizo Blake Griffin a todos sus compañeros para que pasaran unos días en una casa que había alquilado en San Diego, Rivers quiso dar a entender que en la última época con Paul algo así no habría podido suceder porque no se sabía quién era el líder del equipo; y ahora que Griffin se había quedado solo para ocupar ese trono, un ejercicio de convivencia como ese servía ahora para unir más a todo el vestuario.
“La dinámica entre Blake y Chris era rara. No sé por qué. Simplemente era extraña”, comenzó diciendo Rivers. “Nadie sabía quién era el líder. Y si tenías algo que decir al respecto, eso al final se acabaría convirtiendo en una discusión. Creo que la gente a veces tenía miedo de decirle algo a Blake, porque no sabías cómo él iba a reaccionar”.
Para Rivers, en esta campaña esa situación ha cambiado porque “ahora él es una persona totalmente diferente. Más cercana. Creo que es porque nos hemos unido a él. Sabemos quién es nuestro líder. Estamos a tope con Blake Griffin”.